08/03/2008

La autoridad

En épocas remotas, las mujeres se sentaban en la proa de la canoa y los hombres en la popa. Eran las mujeres quienes cazaban y pescaban. Ellas salian de las aldeas y volvian cuando podian o querian. Los hombres montaban las chozas, preparaban la comida, mantenian encendidas las fogatas contra el frio, cuidaban a los hijos y curtian las pieles de abrigo.
Asi era la vida entre los indios onas y los yaganes en la Tierra del Fuego, hasta que un dia los hombres mataron a todas las mujeres y se pusieron las mascaras que las mujeres habian inventado para darles terror.
Solamente las niñas recién nacidas se salvaron del exterminio. Mientras ellas crecian, los asesinos les decian y les repetian que servir a los hombres era su destino. Ellas lo creyeron. También lo creyeron sus hijas y las hijas de sus hijas.

Eduardo Galeano, Mujeres

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